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Abril será siempre.

Los años han pasado y no los he contado,
porque las medidas temporales fantasean con el tiempo,
nos hacen considerar lo lejano y lo cercano,
provocan esa confusión espacio-tiempo tan necesaria para sobrevivir;
sólo se que es una mañana radiante del último día de abril,
y así fue la mañana en que te fuiste,
será la marca indeleble
que evocará en mi fibra más profunda
tus manos suaves y tu presencia siempre.
Y aquella estrella rutilante,
en un rincón secreto de la vasta bóveda azulada,
la señalaste diciendo:
““¿ves aquella estrella fulgurante?,
esa es mi estrella, cuando yo no esté, mira al cielo,
siempre estaré allí y te diré cosas bonitas",
y yo, sigo viendo al cielo, contemplando la estrella
y escuchando la voz, que siempre me acompaña.

Managua, Abril 30, 2021.

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