Todo comenzó con un sueño.
En donde tus blancas y dulces manos acarician mi piel…
¡Oh que gran sensación!!
Al despertar, me susurra esa hermosa voz como si aquella hubiera trascendido de una dimensión en la que todo es posible con solo imaginarlo.
Sin pensarlo estaba en un mundo donde los pinos tienen otra forma y las flores rojas hacen reverencia a nuestra llegada, sin contar con el melodioso canto de los majos pájaros de mil colores.
Ahora el universo conspira deteniendo el tiempo mientras mis manos acarician tiernamente tu rostro, y nuestras almas convergen en el sublime y mágico mundo de los besos.