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Ni una lágrima de olvido

El amor señora cuando llega el olvido también tiene el derecho de un final distinguido. J. A. Buesa

Partiste a tus mares sin tormento
a tus plácidas riveras del orgasmo
yo me quedé atrapado en el espasmo
que me dejaron la pena y el lamento
 
Y te fuiste airosa en el camino
sin llorar
ni una lágrima
de olvido.

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