Cargando...

Interior

El día empezó con un sol reluciente,
abriendo camino con pasos sinceros,
iluminando nuestros ojos morenos,
creando un amor tardío y reciente.
 
De repente el atardecer,
el sol se escondió,
no pude hacerlo retroceder.
 
Se escondió sobre un mar de lágrimas,
lágrimas perdidas, lágrimas escondidas,
que caían como almas sin vida
sobre un desierto de agua fría.
 
Sobre mi cuerpo corrió una brisa olvidadiza,
acariciando nuestra despedida,
tan fría como las aguas de este mar embravecido
cuyas olas golpean mi corazón herido.
 
Encarcelado, esclavizado, angustiado
por montañas de agua sobre mis hombros rendidos,
sin salir de esta jaula de anhelo y olvido.
 
Pero lucho para alcanzar, con tu ayuda,
la tierra, la felicidad.

Preferido o celebrado por...



Top