Me come a mí y también te come a ti
y a esos cruces por azar, de a ratos
nos come tal como el celo a los gatos.
Te come a ti y también me come a mí.
Come por dentro, se come mi mano
y labios, como ese perro de ahí
que come inmerso en total frenesí.
Come por hambre, come obligado.
Nos comemos nuestro tiempo y el diálogo
comidas las letras y el que decir
comiendo todo sin alimentarnos.
Comidas el escéptico y misántropo
comidas aún mientras puedan sentir
comiendo todo por necesitarnos.