Eco.
Mi oído que trata de asir la voz
del devenir de mi voz que es toque inasible
y que vaivivenea como va y viene el olvido
y el sueño.
El eco es la sombra de la voz, un resguardo
de identidad, un humilde recato de inocencia,
un tiempo que es pasado para uno
futuro para otro,
presente para ninguno.
El eco es un esbozo incorpóreo,
informe,
inmaterial,
de un todo.
El eco del trueno no es el estruendo,
es el miedo nocturno de su presencia.
El rumor de ésta lluvia es el eco de otra lluvia,
anterior o ulterior.
Estas manos, este cuerpo, esta mente y está alma,
son el eco incorruptible
de mi muerte.
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