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para el lector

Afanan nuestras almas impuras, nuestros cuerpos sofocados en la mezquindad, la culpa, errores, como los mendigos alimentas sus piojos y liendres, los remordimientos, así de complacientes nutrimos y envejecemos.

Infieles a la verdad y tercos en el pecado, con las creces hacemos pagar lo que está ya confesado, fingimos tomar alegres el lodoso camino creyendo, en vil mentiras, escondiendo nuestras faltas y morales.

Apoyados en la cabecera del mal, es satán el que está apoyado en esa cabeza quien con paciencia acuna nuestro arrugado espíritu y el apreciado oro de la lealtad, se evaporan por obra de ese maldito alquímico desterrado del cielo.

Es el quien maneja los hilos que nos mueven convirtiéndonos en su marioneta, a las cosas impuras les llamamos “encanto”, rodeados de tinieblas en el vacío, apestando a azufre, mientras los hombres bajan en su pesado escalón.

Igual a un mordisqueo de una pitón, al lacerado seno de una ramera, nos exprimimos hasta dejarnos como una seca naranja podrida. Él es denso y hormigueante, un mundo de demonios danzan en sus cabezas.

Respirando frente al siniestro reloj que la muerte atrae a los pulmones, descendiendo de un lago invisible, hasta el apagado llanto. Es el mismo quien la busca y encuentra.

Pues más entre los chacales, serpientes, arañas, víboras, leones, panteras, lobos, hienas y simios. Siempre habrá uno más malvado, sin piedad, esclavo del mismo e inmundo, el que no necesita lanzar fuertes rugidos para espantar, en medio de un bostezo a punto de dejar a su propia tierra en escombros, el voraz maelström, devoraría hasta al grandísimo Orbe, capaz de maldecir e invocar al mismo lucifer.

¡Es el HOMBRE! Re moldeado de llantos involuntarios, creando la destrucción mientras bebe y fuma su buena yerba, ¡es el mismo lector quien conoce al mortal monstruo actual!, oh claro que sí, tu bien lo conoces, malditos hombres hipócritas, malditos sean en su propia tierra. Flores marchitas en un horrible invierno, torpes para correr, demasiado muertos para morir, queman todo lo bueno del ojo del edén. Este es un mundo que se ha llevado a los ángeles lejos

¿Podre llamarlos ahora prójimos? ¿Hermanos míos?

PARA LOS LECTORES IMPECABLES

PARA LOS MEJORES MAGOS DE LAS LETRAS Y ESCRITURA

EL CREYENTE DE LO POSIBLE E IMPOSIBLE

Ellos son mis muy queridos y venerados, mis hermanos. Con mi enferma escritura les presento a ustedes:

ESTAS ROSAS MALDITAS.

¿Puedes oírme?, este es nuestro mundo caminante desorientado, ¿quieres acompañarme hacia el horizonte?, la tinta demente de mi plumilla os habla por mí, puede sentir, sus almas enfermas gritan.  Puede oírlas, observa como corre vuestra sangre rojiza,  sus corazones negros como el de satanás, caminan por siempre en su mundo, su credo. Y no como en verdad a usted le gustaría. Pues para nada te convertirás en el invencible como deseas, para nada. Creen que el mundo os pertenece, pero el poder de la oscuridad que lo absorbe es absoluto, vosotros los caminantes de las sombras, arrastrando cadáveres putrefactos. Morid en su lecho  por siempre, hasta que vuestras almas decidan separarse, os lanzaron una maldición al mundo de la luz, se asfixian de su negro intenso al verle. Pues para nada serán perdonados de su traición, desapareced en las cenizas de la superficie, más yo soy libre por encima de ustedes, mi mundo no es como quieren que sea. Luz de vida por siempre, permanece en los corazones de los humildes, los que alguna vez fueron  justos recapacitan sobre los ojos de vuestro señor, traed armonía, no oscuridad como satanás lo plantea.

(2014)

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