El ruiseñor sobre el cable telefónico
El día se despide con su brisa más amable.
¿A quién le canta el ruiseñor que está
posado sobre un cable telefónico
ajeno a las palabras
que circulan al azar entre sus dedos?
Un pájaro pequeño, sin nombre,
trata de imitarlo y sale huyendo
asustado de su escasa majestad.
No es cualquier cosa
ser el pregonero de la noche.
La noche avanza de puntillas.
El ave vuelve su cabeza
y detecta mi presencia.
Yo me emociono al ver que
no interrumpo su alabanza.
¡Hermano mío!
¿Me tomarás por uno de los tuyos?
¿Habré logrado vivir en armonía,
unos segundos,
con el milagro de la luz que se retira
y el canto del ave que me advierte
de la anhelada llegada de mi amante,
la noche que me abraza silenciosa?
Libro: Mi cama es una balsa a la deriva
Autor: Juan Julio Alfaya Fernández
Registrado en el Registro de la Propiedad
Intelectual de la Xunta de Galicia.
