Libro: Mi cama es una balsa a la deriva Autor: Juan Julio Alfaya Fernández Registrado en el Registro de la Propiedad Intelectual de la Xunta de Galicia.
Siéntate. Observa en silencio el mar en calma. Sus manos son las olas que acarician
Cajeros automáticos solo para pobres. No entregan dinero, sino sueños. Sueños para ir tirando un día más
Mientras nuestras palabras celebraban nuestro encuentro, sin que tú te dieras cuenta te fui robando cosas, misterios, milagros,
Sueñan mis ojos, cansados de no verte, con surcar el mar azul de tu mirad… Ayer se cruzó mi soledad con tu sonrisa
Paloma blanca es tu sonrisa temblor de alas que me atraviesa el alma. ¡Qué bella eres! Gracias por este amor
Todo viene a mí como un milagro cuando dejo que las cosas acontezcan según un gozoso designio
Te veo sola sentada al borde de la cama alimentándote de estrellas. Aunque tú no lo sepas tu soledad es bella,
Lo que siento por ti ¿voy a encerrarlo yo en un nombre? ¿No será mejor dejarlo vivir, cuidarlo y acogerlo y alabar a Quien hace posible que…
Mi segunda lengua la aprendí con plena libertad. Lengua entonces hermosa e inocente… es ahora una doncella violada a la que llaman “lengua propia”.
Quedó vacío el banco sin nosotros, el banco silencioso que aún guarda el secreto de aquellos susurros
Icono del dolor, tus ojos se posan en la nada. Tus cabellos se derraman en triste… sobre un pecho que ha olvidado la suave caricia
¿Por qué el niño, con aprendido di… deja caer su bocadillo al suelo? ¿Qué mares ha sobrevolado la gavio… que, cual rayo, se lanza sobre él? ¿Por qué las ratas huyen de sí mis…
Soy alto de alma y azul de sentimientos. La infancia me marcó con la triste… Me hice soñador y solitario. Mi saudade no me asusta,
La primera, hambrienta, aparece siempre puntual como una boca negra, inmensa. A medida que avanza,