Chargement...

Poema sin rima, pero con metro

Lamentable que este poema no ocurra en tiempos de grandes bailes. Las bocas metro arrojan a las calles que circundan las vecindades de La Bastilla gentes que de tanto ir bajo tierra, en la fosa común, tienen el hábito de hablar a solas. Creo que a veces no reconocen su voz. Lamentable que estas líneas no ocurran en tiempos de asombro. Porque he oído violinistas, fagotistas, grandes virtuosos mal vestidos y peor comidos en el metro, tocando para los muertos.

¿Y si el vagón en el que voy fuera una prolongación rodante del cementerio de Père Lachaise? ¿Y si estos seres fueran, en el parpadeo de las puertas que se cierran y se abren, presencias de un fantasmario recogido en papeles que huyen por la calle Vivianne, la calle del viejo conde del otro mundo, del otro monte, el arisco montevideano? ¿Así que asisto al jubileo de los muertos? ¿A esta bella escenografía de catedrales y parques, de jardines y puentes por donde los seres más vivos que cruzan lo hacen en el pasado?

Lamentable que este silabario no ocurra en un Mayo que se fue con sus muros levantiscos, sus barricadas, quizá el último canto de cisne de los vivos. Porque ocurre hoy. Y el hoy ya no enarbola banderas. Ya no lleva cuchillos bajo el turbante. Ni siquiera hay, maese Apollinaire, quién robe Monalisas.

Lamentable escribir un poema en el que un ángel ve sus alas quebradas en las puertas de un vagón del metro y desciende obediente cuando llega a la estación donde se aplastan los milagros. Ah, señor Apollinaire, usted que dijo que la rutina y la vejez son nuestras armas enemigas: sepa que acá se rumia la rutina, se asientan la vejez y sus resabios. La calle Morgue, buen nombre para todas las calles.

(1994)

#EscritoresColombianos 1994 9 París, de diciembre

Préféré par...
Autres oeuvres par Juan Manuel Roca...



Top