Días negros cual los días de parada indiferencia de dios antecreador. (Todo duro, entero todo, en mole de un orden negro,

Yo no sé cómo saltar desde la orilla de hoy a la orilla de mañana. El río se lleva, mientras, la realidad de esta tarde

Contra el cielo inespresable, el álamo, ya amarillo, instala la alta belleza de su éstasis vespertino. La luz se recoje en él

Sí, esta tarde no es imajen, las nubes son rosas, sí, las rosas son vida, sí. Esta tarde tú eres tú, no es nube el amor en mí,

¡Ese día, ese día en que yo mire el mar —los dos tra… confiado a él; toda mi alma —vaciada ya por mí en la Obra plen… segura para siempre, como un árbol…

Verde brillor sobre el oscuro verd… Nido profundo de hojas y rumor, donde el pájaro late, el agua vive… y el hombre y la mujer callan, tap… (el áureo centro abierto en torno

¿Qué me copiaste en ti, que cuando falta en mí la imajen de la cima, corro a mirarme en ti?

Las nubes y los árboles se funden y el sol les trasparenta su honda… Tan grande es la armonía del abraz… que la quiere gozar también el mar… el mar que está tan lejos, que se…

Entrando por la calle de la Fuente, de vuelta del huerto, las campanas, que ya habíamos oído tres veces desde los Arroyos, conmueven, con su pregonera coronación de bronce, el blanco pu...

Pájaro del agua ¿qué cantas, qué encantas? A la tarde nueva das una nostaljia de eternidad fresca,

Tira la piedra de hoy, olvida y duerme. Si es luz, mañana la encontrarás ante la aurora, hecha sol.

Yo sé que cuando me vaya con el alma he de volver a esta tierra en que hoy espero. Que no quiero con el alma —porque el alma está en su sitio—,

Para setiembre, en las noches de velada, nos poníamos en el cabezo que hay detrás de la casa del huerto, a sentir el pueblo en fiesta desde aquella paz fragante que emanaban los nardos ...

Un momento, Platero, vengo a estar con tu muerte. No he vivido. Nada ha pasado. Estás vivo y yo contigo... Vengo solo. Ya los niños y las niñas son hombres y mujeres. La ruina acabó su ...