No sé con qué decirlo, porque aún no está hecha mi callada palabra.

Cuando ella se ha ido, es cuando yo la miro. Luego, cuando ella viene, ella desaparece.

Por el mar vendrán las flores del alba (olas, olas llenas de azucenas blancas), el gallo alzará

¡Su desnudez y el mar! Ya están, plenos, lo igual con lo igual. La esperaba, desde siglos el agua,

Señor, matadme, si queréis. (Pero, señor, ¡no me matéis!) Señor Dios, por el sol sonoro, por la mariposa de oro, por la rosa con el lucero,

Súbete aquí en el vallado, Plater… Deben venir de la playa o de los m… Que te caes, hombre... Oye qué la… Míralas a las tres, Platero. ¡Con…

Está el cielo tan bello, que parece la tierra. (Dan ganas de volver los pies y la cabeza.)

Tú, lo grande, anda, descansa en honor de lo pequeño; que su mundo está en su hora y tu hora es el universo.

De noche, el oro es plata. Plata muda el silencio de oro de mi alma.

Murió, como un niño, el hijo de tu loco corazón y mi loco corazón. (¡Ay nuestro amor!) No sé si ríes o lloras

La puerta está abierta, el grillo cantando. ¿Andas tú desnuda por el campo? Como un agua eterna,

Lo que queráis, señor; y sea lo que queráis. Si queréis que entre las rosas ría hacia los matinales resplandores de la vida,

Tira la piedra de hoy, olvida y duerme. Si es luz, mañana la encontrarás ante la aurora, hecha sol.

Delante está el carmín de la emoci… Y al fondo de la vida, por el suave azul nublado, entre las cobres hojas últimas que se curvan en éstasis de gloria…

Platero es pequeño, peludo, suave;… Lo dejo suelto, y se va al prado,… Come cuanto le doy. Le gustan las… Es tierno y mimoso igual que un ni… —Tien’ asero...