#Argentinos #SigloXX
Y sé muy bien que no estarás. No estarás en la calle, en el murm… de los postes de alumbrado, ni en… de elegir el menú, ni en la sonris… que alivia los completos de los su…
Vuelvo a mentir con gracia, me inclino respetuoso ante el espe… que refleja mi cuello y mi corbata… Creo que soy ese señor que sale todos los días a las nueve.
No hay que llorar porque las plant… no hay que estar triste si una vez más la rubia carrera de… ese permanecer en tanta fuga. Porq… constante en su inconstancia cuand…
venir de alguna parte que no es pa… de ninguna, del cuarto lado de ese triángulo q… las dos cervezas y la chica rubia, en este pub de Chelsea. Simplemen…
Sálvalo, mamita, sálvame tantas noches de naufragio… salva tu blusa azul (era en enero,… sálvalo todo, o salva lo que pueda… Esto se viene abajo, pretty mama,
No sé lo que hay detrás de tu voz. Nunca te vi, vos sos los discos Que pueblan por las noches este de… Te busqué en Buenos Aires, pero s… Cuántos espejos de mentira te hace…
Y cuando todo el mundo se iba y nos quedábamos los dos entre vasos vacíos y ceniceros suc… qué hermoso era saber que estabas ahí como un remanso,
Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (hoy que las casas antiguas sucumben a la más ventajosa liquidación de sus materiales) guardaba los recuerdos de nuestros bisabu...
Vos ves la Cruz del Sur, respirás el verano con su olor a d… y caminás de noche mi pequeño fantasma silencioso por ese Buenos Aires,
No nos vimos nunca pero no importaba. Yo tuve un hermano que iba por los montes mientras yo dormía.
Bicho aquí, aquí contra esto, pegada a las palabras te reclamo. Ya es la noche, vení,
Dime por qué todavía te deseo, por qué tu nombre vuelve como el hacha a la herida en una amarga visitación de medianoche, a la vera de un campo funerario donde las larvas multiplican hú...
Como los juegos al llanto como la sombra a la columna el perfume dibuja el jazmín el amante precede al amor como la caricia a la mano
Eres el dios de los cuerpos, das y… gozas en nuestro grito, en el asce… para flotar después en el reposo, medusa a medio sueño entre el agua… Pero también esperas
Como una carretilla de pedruscos cayéndole en la espalda, vomitándo… su peso insoportable, así le cae el tiempo a cada desper… Se quedó atrás, seguro, ya no pued…