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EL MAR!

'''Un amigo.'''

"Me acogió; en sus rocas,
me acarició; con sus olas,
me susurró; con su brisa.
Me aviso que venia llegando,
YO; una simple visitante, me corrí,
lo respeté, lo toqué, lo miré y lo amé."

Él lo supo; se defendió y como todo buen Viejo Sabio; no me creyó...
Al principio mentí... sí, tenia razón. Pero su pureza me capturó,
su rudeza me conquistó, su calidez me dio paz y su inconstancia me termino por enamorar.

¿Cómo llegue a sentirme tan viva? me pregunto...
¿La respuesta?; la rabia.

La Rabia

¡La calma es un sentimiento hermoso!; siempre y cuando se disfrute. Y en mí, la calma viene en una milésima de segundo, pero antes de ese segundo, hay kilómetros; kilómetros de reflexión.
Su huida es un poco más simple... se va. Así de simple y rápido; se va. Y llega la rabia; llega a toda velocidad; se instala; acaricia mi piel, me envuelve... sin piedad. Y me ahoga; me ahoga a tal punto de hacerme llorar y me quiebra; me quiebra el alma; el corazón.
Pero no todo es tan malo, con el tiempo he aprendido que la rabia -al menos en mi-, no es más que un vecino; un "buen vecino"... ¿por qué?, porque me avisa; me avisa de que es tiempo... ¿de qué?; de partir, no de huir. De salir y encontrarme a mi misma; de amar mi soledad y dejar todo aquello que mi agenda registró.
- Hablo sola, lo sé y ese fue el mejor remedio. -

La Partida

Salí, llegue a la playa, busqué minuciosamente un lugar; lo miré, lo analice, lo toqué y allí deje mi “hogar”.
Mi hogar en ese entonces, no era más que una cartera con todo lo necesario para ese momento, una toalla, una botella de agua y un bolso de mano con una prenda de cambio. Con todo puesto en su lugar, procedí a despojarme de mi protección; un cuchillo y mis botas.
Desamarré lentamente cada nudo de cordón... a veces es difícil desprenderse de tu protección, pero lo logré. Me saqué las botas, las deje en mi hogar, escondí el cuchillo y empecé mi viaje.

Mi Viaje

Mi equipaje fueron sólo mis manos, la ropa puesta, y la seguridad y convicción de mi Objetivo: “Mi Lugar Perfecto”.
Aquel lugar donde podría sentir la frescura de las olas, oler el misterio de sus rocas y disfrutar de la compañía de su inestable personalidad.
Emprendí mi viaje caminando por las piedras; cada paso dado fue pensado con amor, respeto, sabiduría y por sobretodo; "paciencia". Cada paso me acercaba al Mar, cada paso se hacia más difícil; las piedras cambiaban de forma, algunas estaban húmedas, algunas tenían punta y otras; se iban transformando en pequeñas rocas inestables.
Con sólo medias en mis pies, sentí cada una de ellas; eran el camino a El Lugar Perfecto.
En pocos minutos llegué a un lugar donde las olas tocan las rocas y estas se visten de agua. Allí habían caracoles; pequeños caracoles de mar, yo estaba en su casa y debía respetarlos.
Seguí mi viaje, pero esta vez no estaba sola - nunca lo estuve -, pero ahora debía llegar a mi lugar perfecto respetando a los dueños de casa.
Miré nuevamente y divisé una roca; tenia caracoles si, pero también un espacio donde dar mi siguiente paso. Decidida, lo pisé; cada poro de mi planta sintió su humedad, su firmeza, su aceptación. Y comprendí que estaba cerca... ¿a dónde?; a El Lugar Perfecto...
¡¡PASO!!, ¡Paso!. ¡¡PIEDRA!!, ¡Piedra!.
¡¡CARACOLES!!, ¡CUIDADO!,
¡¡Estas en su Casa!!, ¡RESPÉTALOS!,
¡NO LOS DEBES PISAR!...
¡¡Hey!!... Tranquila, es sólo un aviso. Y seguí.
¡OLA!, calma. ¡OLA!, {{mantente firme.
¡OLA!, disfruta su humedad; las olas te están saludando.
¡OLA!, afírmate de una roca y responde a su saludo.

Y allí me quedé; disfrutando la compañía de las olas mientras lentamente daba cada paso.

Me familiaricé con ellas; las amé.
¡Y lo vi!; lo vi cerca, ¡muy cerca!,
¡mi lugar!; Mi Lugar Perfecto.
Y ‘¡no!’; no era el que yo creí... ¡era otro!.
Dudé, sí; dude de si era el correcto,
había avanzado mucho en busca de mi rumbo... y paré.
Paré para pensar. ¿En qué?, pensar en la posibilidad del error, de la equivocación; mi equivocación. Respiré; sentí las olas y seguí, confié en mis instintos y seguí.
Nuevamente analice cada paso acompañada del Mar y sus olas, junto a los caracoles en las rocas y llegue a un metro de El Lugar Perfecto.
Estaba a un paso de él; agua y rocas nos dividían,
pequeños y grandes caracoles lo protegían,
tierra firme se veía; pero yo no le creía,
sólo un paso necesitaba; no era tan fácil como pensaba.

Con ansias respiré y divisé un espacio; aquel donde daría el paso, ese último paso para llegar a mi lugar.
Las olas me dieron tiempo; el Mar se calmó y me dejó analizar el CÓMO daría tal paso. Agradecí el detalle y rápidamente lo di... ‘¡Error!’, no lo había dado bien y si no me movía; caería y todo mi viaje seria en vano. Así que retrocedí y nuevamente analice mi paso, pero ahora con calma, el Mar seguía dándome tiempo y lo aproveché. '¡Lo’' ‘dí!’, di el paso y más fácil que un respiro, llegué; llegue a mi lugar, sí, ese; El Lugar Perfecto.

Mi Lugar Perfecto

Su suelo era suave; arena mojada sin pequeñas piedras en su composición. Grandes rocas formaban la sala y acogedores charcos mi cama. Acaricié cada una de ellas... eran perfectas; curvilíneamente lisas, toscas y de ángulos definidos e indefinidos; formaban muebles y sillones. Sólo algunos caracoles las adornaban; ellos serian mis vecinos y me darían un lugar para estar.
Desde ahí veía mi hogar; mis cosas, mi cartera, mi toalla y todo aquello donde empezó mi viaje. Me detuve y antes de disfrutar mi lugar perfecto; decidí ir a buscarlas.

El camino de regreso no fue el mismo, esta vez fue mucho más fácil y rápido. Ahora mis pasos iban con seguridad, con experiencia.

Caminé; con certeza  y satisfacción caminé.
Acercándome cada vez más a mi hogar, pensé:
- Llegar a tu hogar derrotado;
es peor a nunca haber salido.-

Así que con firmeza y total seguridad llegue a mi hogar. Rápidamente agarre todo de el y me dirigí a mi lugar perfecto. ¡Debía apurarme!, así como yo, ¡otro podía encontrarlo! y no debía permitirlo, así que avance.
Camino a el, divise una huella; era mía’'. Eso me dijo que estaba cerca y seguí. Busque un sitio seguro para mi nuevo hogar; deje todo en su lugar y proseguí a disfrutar de mi lugar perfecto.

Segundos antes de mi partida, percibí una presencia; alguien se acercaba...¡Venía hacia mi!, se acerco más y más...¡Tuve miedo!, lo asumo... pero inmediatamente recordé que ese era mi lugar perfecto... ¡el Mar permitió que fuese mío en ese momento!. Entonces ese miedo se transformo en seguridad y tranquila, espere a que llegara... ‘¡Pasó!’, lentamente a pocos centímetros tras de mi pasó, su sombra dijo que me miró y siguió. Me di vuelta y vi que estaba allí, a unos metros de mi; relajado, paciente, libre y entregado disfrutando del mar. Comprendí que buscaba lo mismo que yo; compañía marina. Y seguí mi rumbo a la satisfacción total.

Satisfacción Total

¡¡WOW!!, ¡disfrute!. Sentía que cada milímetro de ese lugar era perfecto; ¡estaba hecho a la medida!; parecía hecho para mi. Me recosté en la cama... ¡que suave cama!; arena húmeda y fresca era mi colchón, olas con ritmo suave eran mis sabanas y la calidez del sol mi cubrecama. Disfrute de cada ola con atención, oí como chocaban con las rocas; me avisaban su llegada. Ellas cubrían mi cuerpo, mojaban mi pelo y decían: -¡Bienvenida!. Acomódate, te estábamos esperando.-, fue ahí que llego felizmente fugaz la calma y decidí ir a mi hogar.
Tan cálido como de costumbre; me recibió, me instale y al oído me dijo: -Es hora de hacerle un poema al Mar.-. Saque papel y lápiz, pensé en cual seria el título, debía ser uno simplemente hermoso, cálido  pero poderoso, y sin mayor esfuerzo le puse:

EL MAR!.


                                        Enero 19, 21:09 hrs. Playa Cavancha. Iquique - Chile.

(2015)

Solución sana para sacar la rabia acumulada.

#Vivencia;ExperienciaForzada

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