Hola amor, sé que quizás esa palabra te duela un poco ahora, pero eso fuiste, eres y serás mientras estés en mi corazón.
Creo que el problema no fuimos nosotros, si no el tiempo. Al parecer no estábamos en la misma sintonía y si bien es bueno tener cada uno su espacio, creo que esta vez el exceso de él –y otras pequeñas circunstancias– enfriaron por completo la llama de nuestra pasión y terminó por paralizar nuestra historia. Por mi parte, sabes que jamás te querré fuera de mi vida. Eres muy especial para mi, afloraste en segundos cosas que no conocía e hiciste de nuestra relación la más sana de todas. Es por eso que decidí terminar ahora, el distanciamiento estaba empezando a sofocarme y sentí que venían días peores. Y no los quería para ti; para nosotros. Los momentos junto a ti fueron hermosos y si bien hubo uno que otro problemilla, no fueron nada en comparación a lo feliz que me hiciste.
Yo no quiero sacarte de mi vida y si decides no alejarte yo estaré aquí para abrazarte fuerte cada vez que te vea.
Me duele el adiós, pero mereces algo mejor. Una mujer que te ame y te retribuya todo el amor que te mereces. Lamento mucho no ser esa mujer! No sabes cuanto!.
Sólo pretendo que sepas, que siempre te querré, mi cariño por ti no cambia ni cambiará, aún te quiero mucho y parte de mi vida. Si no lo decides así, lo respetaré.
Ayer después de mi último mensaje de “whatsapp” ya te extrañaba! Y lo seguiré haciendo. Espero que algún día me perdones el no poder amarte como mereces y por no haber sido la mujer perfecta.
Aún me encanta tu pelo y tus ojitos a la luz del sol.
Sigue perfecto en la mañana cariño; que el mundo necesita tu sonrisa.

Te quiere mucho,
                            tu gatuna,
                                                Karin.