Chargement...

Amor perdido

Hace algunos años peregrinos;
Mi vida dio un cambio inesperado;
Como poner en mesa, en lugar de vino;
Un insecto que amó y que jamás fue amado.
 
Quien diría que unos ojos;
Habrían de clavarme una daga;
En lo más profundo, en el coro;
De una canción tan bien desafinada.
 
Aquellos labios llenos de fuego;
Abrían mi alma, abrían mi ser;
Llenaban mis esperanzas, mis anhelos;
Y solo con verlos me daba sed.
 
Como olvidar esa sonrisa;
Que poco a poco perdía su encanto:
Llenaba de placer aquella misa;
Y la eucaristía dentro de su manto.
 
Quien diría que en aquel tiempo;
Habría personas con corazón;
Como regalos caídos del cielo;
Que al abrirlos llorabas de emoción.
 
Poco a poco mi alma, mi conciencia;
Fueron envueltas en una red;
Al igual que mi corazón e inocencia;
Hurtadas fueron al anochecer.
 
Era difícil el tratar de pensar;
El tratar de creer que me enamoraba;
¿Acaso era esa la razón de mi pesar?
O es que solo estaba obsesionada.
 
Durante las dulces y largas noches;
Escuchaba las canciones de la luna;
Canciones que trataban de reproches;
De un príncipe, su amor y su fortuna.
 
En las mañanas lo veía sonriente;
En las tardes lo pensaba como nunca antes;
En las noches me desvelaba por él continuamente;
Y en mis sueños ya no estaba tan distante.
 
Caí profundamente en sus encantos;
Acción errada, de mi parte;
Se dice que lo amé mientras tanto;
Que él jugaba conmigo como errante.
 
No había fuerza en este universo;
Que me hiciera cambiar de opinión;
No era como un poema cambiando un verso;
Él era mi dicha, mi gran obsesión.
 
Una y otra vez, a cada instante;
Me lastimaba, me hacía llorar;
Pero yo siempre permanecí estante;
Y una que otra lo volvía a perdonar.
 
Luchaba con todas mis fuerzas;
Pero algo faltaba en mí;
¿Era mi corazón mi parte incompleta?
¿Lo tenías tú o lo perdí?
 
Quería olvidarme de aquel amor;
Que solo me causaba daño;
A veces alegría, a veces dolor;
A veces ilusión, a veces llanto.
 
Cuando creía haber olvidado lo que sentía;
Ahí estaba él mirándome fijamente;
Echando a la basura mi esfuerzo, yo presentía;
Yo gritaba, y pedía ayuda a la gente.
 
Fue en vano todo lo que hice;
El tratar de ya no recordar más;
Fue en vano todo lo que dije;
Mis promesas no cumplí jamás.
 
Entonces, ¿Qué iba a pasar conmigo?
No tuve remedio más que seguir;
Él jamás pasó a ser más que un amigo;
Pero el que me quería, si lo pude sentir.
 
Las historias de uno no se cuentan;
Amenos que el dolor, y la culpa te hagan hablar;
Hasta que pierdas la conciencia;
Y llorando esas historias te harán recordar.
 
Mis lágrimas ahora son secas;
Mi corazón de nuevo está conmigo;
Mi alma ahora es mi ausencia;
Y el amor que yo sentía está perdido…

(2013)

Préféré par...
Autres oeuvres par Kay Castillo...



Top