Cargando...

Mundo Freudiano

Pienso en las veces que viajaste por la lumbre
hasta llegar a la desenfrenada pasión
en que te comiste a besos a mi corazón
he ibas de regreso a tu quietud de costumbre.

Me tomara días, seguramente años
renunciar a la memoria costumbrista
de que estuviste allí como el relleno de un dulce
como la raíz de un árbol. De que eras
una parte sustancial de mi vida.
 
He querido cortar de un tajo de navaja
todo recuerdo nostálgico de nuestro amorío
pero me doy cuenta pronto, que lo has
impregnado todo como una gran macha.
 
Temo que limpiar la maleza de nuestras vidas
sea la tarea más difícil que emprenda.
Las semillas dejadas al azar en mi campo
hacen que de vez en cuando aparezcas mimetizada.
 
Tomas la forma de una magnolia
o de un suculento pimiento o de una florecilla silvestre.
Naces espontáneamente, no es tu culpa
es el cuerpo de tierra que no necesitas ararlo.
 
Pienso en las veces que viajaste por la lumbre
hasta llegar a la desenfrenada pasión
en que te comiste a besos a mi corazón
he ibas de regreso a tu quietud de costumbre.
 
Si tienes suerte jamás volverás a verme
tus sandalias se impregnarán del polvo de otros caminos.
Hubo un tiempo en que pensamos como dos locos
que estaríamos unidos por nuestros destinos.
 
Hoy me limito a desempolvar las sinapsis
allí todavía hay espacios que los pueblas.
Son pequeños mojones de la geografía de tu cuerpo
que difícilmente olvido como el negro de tus ojos.
 
Hay muletillas de frases que parecen líneas de pensamientos
que las dije en algún momento de euforia neuronal.
Estaban pensadas para llegar más allá de tus sentimientos
querían ser el patrón de tus soliloquios, nada banal.
 
Más hoy son el escudo de tus misiles
dibujaste mundos superpuestos
como si fuéramos solamente piezas de legos
hoy si mañana no. La dicotomía del mundo Freudiano.

Preferido o celebrado por...
Otras obras de Kleber Exkart...



Top