Traducción de Horacio
#Españoles
Cesa en la octava noche el ronco e… de la sangrienta, militar porfía: el campo godo destrozado ardía con llama, que descubre estrago ho… Rodrigo en tanto, su peligro viend…
¿Ves cuán acelerados, Nísida, corren a su fin los días? ¿Y los tiempos pasados, cuando joven reías, ves que no vuelven, y en amar porf…
En la gala y compostura que a nuestras jóvenes das, Lesbia, tu invención se apura; si las dieras tu hermosura, nunca te pidieran más.
Febo desde la tierna infancia mía quiso que el plectro de marfil pul… y en las alturas de Helicón gozara sus verdes bosques y su fuente frí… Mas dudosa la mente desconfía,
Flumisbo, el celebrado cantor de Termodonte, por quien grato a las musas fue de Dorisa el nombre, ya las sombras habita
Laso, el instante que llamamos vid… ¿es poco breve, di, que el hombre… su fin apresurar? O los que al mun… naturaleza dio males crueles, ¿tan pocos fueron, que el error di…
Sí, la pura amistad, que en dulce… nuestras almas unió, durable exist… Jovino ilustre; y ni la ausencia l… ni la distancia, ni interpuestos m… y proceloso mar que suena ronco,
Cupido no permite que mi canto celebre los héroes que la fama coronó de laureles. Él me inspira dulzuras
El niño ceguezuelo adormeciose un día en el recinto oscuro de los bosques del Ida. Venus temor concibe
El texto en amarillo se omite en la digitalización del manuscrito, aunque aparece en la ediciones impresas. Las palabras en azul indican las divergencias entre el manuscrito y las versi...
Tu crítica majadera de los dramas que escribí, Pedancio, poco me altera; mas pesadumbre tuviera si te gustaran a ti.
El texto en amarillo se omite en el manuscrito, aunque aparece en la ediciones impresas. Las palabras en azul indican las divergencias entre el manuscrito y las versiones impresas. Como...
¿Que al fin, las riquezas de la Arabia envidias, Icio, y a los reyes, no vencidos antes, de Saba preparas
Vicios corrige la vivaz Talía, con risa y canto y máscara engaños… y el nacional adorno que se viste. Melpómene, la faz majestüosa bañada en lloro, al corazón envía
El que inocente la vida pasa no necesita morisca lanza, fusco, ni corvos