Poema de adolescencia
En ti (por mi bien) me he refugiad… los impíos doblan el arco, preparan sus flechas, apuntan a mi corazón. Si están ya socavados los principi…
En verdad, si yo fuera un hombre y no un meta… me iría con la brisa a empujar el… miraría los cúmulos rendirse de in… y moteado de lluvia viviera el des…
Luego de haber publicado años atrás un libro desafiante y subversivo (en el mejor sentido de la palabra), Lourdes Batista nos presenta en esta ocasión otro de igual cariz pero de may...
Álvar Fáñez Minaya tú eres. Álvar Fáñez, el Cid Campeador ruega que partas desde Valencia, por doña Elvira y por doña Sol. Los caballos te esperan enfrente,
Dios es Dios. Él desborda las doc… y los dogmas de fe, y toda idea referida a su Él nada lo engloba, lo comprende o designa: es solo id… Dios es más. Él es Él, transparent…
Hurgándote en la tibieza de un grueso microscopio sacándote
Si has visto a la muchacha que dan… —dígome— debes saber su pasión en las mañan… explosión desmedida,
Un corderillo solo y herido entre los bosques... Un corderillo solo (podrá crecer la hierba), la voz adolorida que clama entre s…
En las dos largas filas de escolar… solemnes, al pie de la bandera, tú la primera, yo el primero. No supo nadie, ni maestro ni alumno aprovechado,
Entonces habló el ángel (y miré y me vi y me vi hombre y sentí lástima de mí):
—¿Qué impulso de la luz no se deti… si lo ordena el vacío de tus ojos? Ante ti, como al soplo, me proster… Ante ti, como en vado, me arremang…
De niño solía ponerme a horcajadas sobre las rodillas de mi padre; y empezaba a cabalgar... Mi padre, al ritmo de la cabalgata, con voz medio hablada/medio cantada, repetía: «¡Frank M...
Primera infancia de los intentos. Exuberancia. Crepitación. Desinencia huidiza
Cuando tú llegas rompen las puertas sus prohibicion… los espacios se ofrecen para que l… y la casa —silencio
Para nosotros la sal y la alegría, la sonrisa entre los pómulos ciego… el endonarnos la risa y el ahora..… y sentirnos los dueños del concierto,