Canto, cuento, río, y encuentro
Soy un enfermo con criterio
Pero para tu ausencia no veo remedio
Me creí muerto
Aquí en mis poemas revueltos
No soy el hombre de los cuentos
Y quizá por eso ya no te encuentro
Ay amor, yo y mi corazón añejo
No es tiempo ya de seguir con estos libros muertos
Si apenas me quedan los besitos de ti en vida y sueños
Solo ahora, canto un final joven, en métodos viejos
Ay mi niña de azules
Veo ahora solo el cómo bailabas
Con voz y ojitos, el como me cantabas
Tan sólo eso, y el adiós que no me esperaba
Chiquita florecilla impredecible
Furiosa loba madura extraña
¿En dónde yaces ahora...
Que te veo casi, por mi vista que me engaña?
No, el “no” que no me sirve...
pues no estás
no seré, y tú no serás...
Muero... en mi propio arte que pierde motivo
En coloquiales trozos sin sentido
Y en mi propio nicho abatido
Por este mal trazar camino
Óyeme llamarte, muriendo como un viejo
Que no llegará a tu cielo, y no caerá en tu tierra
En este “para siempre”
Que de ti, y por mí, no espera