Mírame aquí buen cristo
bondadosa alma sin dios
mírame mudo y desnudo
mírame sucio y sin valor
no tengo arma igual
no puedo pelear
no soy digno ante tus ojos
para nada un audaz rival
mírame estúpido
mírame lunático
mírame aquí aullando
es todo mi pequeño desafío
sin sentido peleando
mírame, bello, vago y sin amor
lejos del mar
lejos de mis sombras benditas
cegándome con la luz de una aurora maldita
muda alma sin hogar.
a quién engaño, oh señor
a quién quiero demostrar
a quién quiero valer
la tierra sin conquistar
tesoro sin poseer
y un verso frágil con bozal.
mírame, cristo, pecando por envidia
mirando con tristeza
cobijándome las manos
llorando en desvelos
escribiendo lento,
y a pedazos.
mírame y bendíceme
que maldita llevo la boca
y blasfema la memoria
cochinas mis verdades
y suave la mentira sin historia
qué tanto urde en las manos un clavo
que profunda la herida
que vivo el dolor
que lenta la conciencia
que bizarro fue el destino
que trajo todo a la existencia
ya me acuerdo... cristo.
“por qué?” recuerdo haberte preguntado
quizá ahora lo sé...