Difícil es guardar silencio, sobre todo cuando no hay ruido.
Tedioso es callar las voces de gente que no te rodea.
Complejo es silenciar lo que no es tangible.
Ardua batalla entre el recuerdo y el sentimiento.
¡Qué sonoro el pensamiento!, ¡qué ruidoso el yacer!
Porque, mientras menos ruido más dialogo con el enemigo. Porque, para guardar silencio no tienes que usar el conocimiento.
—LCS