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luis barreda

El Camino del Amor

El Camino del Amor
 
En las montañas y en el trigal,
Jesús nos habló de un mundo ideal:
No de reinos lejanos ni de poder,
sino de amor que todo ha de vencer.
 
*Ama al vecino, al pobre, al que sufre,
no guardes rencor ni cierres tu puerta.
El que da pan al hambriento en la esquina,
a mí me lo da, y en mí se ilumina*.
 
No busques ser primero en la fila,
mejor lava los pies con humildad sencilla.
El que sirve con gozo, sin vanidad,
ese encontrará la verdadera paz.
 
Si alguien te hiere, no levantes la mano,
ofrece la otra mejilla, sereno.
Perdonar setenta veces siete es la clave,
pues el odio se vence con un gesto suave.
 
No atesores riquezas en tu corazón,
que el alma se llena de luz y de canción.
Comparte tu manto, tu pan, tu bondad,
que en dar sin medida está la libertad.
 
No juzgues al débil, al que cayó,
mira tu propio error y camina en perdón.
El que está limpio, que tire la piedra,
pero el que ama, abre su puerta.
 
Bienaventurados los que lloran con fe,
los que siembran justicia, los que no temen.
Los mansos heredarán la tierra entera,
y en el reino de Dios brillará su esperanza.
 
No es la ley lo que salva, sino el amor,
el gesto que nace de un corazón.
Fe sin obras es palabra vacía,
pero el que actúa, su luz nunca morirá.
 
Como el buen samaritano en el camino,
no pases de largo ante el que está herido.
El prójimo es aquel que tiembla y clama,
y en su auxilio está la sagrada llama.
 
Vive sencillo, como el lirio en el campo,
confía en el Padre, que nunca te abandona.
No temas al mañana, al frío, al dolor,
pues en cada paso late su fervor.
 
El mensaje es claro, no hay que dudar:
Amar, servir, perdonar y escuchar.
No se trata de ritos ni altares de oro,
sino de hacer del mundo un hogar seguro.
 
Jesús no vino a juzgar ni a mandar,
sino a enseñarnos cómo caminar:
Con los pies en la tierra y el alma en el cielo,
tejiendo entre todos un destino mejor.
 
Así, si seguimos su ejemplo fiel,
no habrá sombra que apague la luz de Él.
Porque el amor es camino y semilla,
y en cada acto bueno, Dios sonríe.
 
—Luis Barreda/LAB

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