Lonko Wuepután combate fieramente
a la caballería del imperio invasor,
con sus konas ya derrota al insolente,
soberbio, ambicioso y déspota español.
Wuechuntureo ataca por el frente,
castigando a los viles yanaconas,
que venden a su pueblo y a su gente;
que no luchan por ser libres y traicionan.
Sufre Wueputan por los niños, las mujeres
y vuelve a protegerlos temerario,
aunque lucha desesperadamente
cae prisionero y muere torturado.
Anuqueupe, la mujer pewenche
al saber que a su hombre lo mataron,
se hace elegir lonko y sale al frente
a defender al pueblo amenazado.
Como fiel representante de su raza,
conoce el arte del Kollellaullìn,
sabe del uso de la lanza, del tupu y de la maza,
de la guerra de guerrillas y el palín.
Allí está Anuqueupe mujer lonko
los españoles le llaman Janequeo,
ellos todo lo ven con otros ojos,
nunca entenderán la unión de tierra-pueblo.
En Puchunque persigue al invasor,
Nahuelbuta supo de sus glorias,
vence a las tropas del gobernador:
la cabeza de Aranda en la pica ;es la victoria.
La fama de Anuqueupe se acrecienta,
aparece aquí y allá tiende emboscadas,
mas el amor de madre la impacienta
y vuelve a su familia abandonada.
Se pierde el rastro de la lonko valiente,
talvez por Tirúa, Villarica o Pargua,
quizás murió sufriendo la extranjera peste;
Pero jamás la olvidará su raza.
Poema de Luis Beltrán Echeverría