Horacio C.

Flamenca

Asomarse al balcón de tus ojos,
no es verte solo a ti,
es ver toda Córdoba,
es quedarse mudo y sin piropos,
es ver un río sin fin
cruzando caminos de jazmín y rosas,
es beber una a una,
las palabras de tu boca.
 
Dime todo aquello que sientes,
dime que fue de la cigarra,
cuando llegó el frío Diciembre,
dime como tiembla una guitarra,
cuando toca rojos claveles,
dime la fuerza que hay en tu espalda,
ahora que sabes que me sostienes,
dime, dímelo tú, mi gitana,
tú que naciste en la Córdoba sultana.
 
Flamenca de la alta estepa
aún me saben a mar,
los labios regados con tu sal,
camino por tu vereda,
con alas de cristal,
queriendo llenar mi orilla,
con perfumes de coco y vainilla,
siendo tú tan de Córdoba,
cómo sabes a mares,
de esos que quitan soledades,
flamenca, pero de toda Andalucía,
flamenca, y toda mía.

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