#Españoles
Ahora sé que estas calles nos han hecho sol… y nuestro corazón tiene el pulso amarillo de las maderas lentas de un tranví…
Está solo. Para seguir camino se muestra despegado de las cosas. No lleva provisiones. Cuando pasan los días y al final de la tarde piensa en l…
Ese perdido reino donde cualquier política tiene for… de cicatriz privada detrás de los abrazos, nos está dominando con sus sueños,
Nos pusimos de acuerdo. Yo esperaba sin prisa por la esqui… me hacía el despistado, hablaba con el niño y los borracho… encendía un cigarro o compraba el…
Las palabras son barcos y se pierden así, de boca en boca, como de niebla en niebla. Llevan su mercancía por las conver… sin encontrar un puerto,
Ella me besa, marca la sonrisa y viaja por los labios al pasado con el adorno de sus sentimientos, lujosa y encendida como un árbol de navidad, paloma
En la noche profunda, como dormida caricia que sorprende y sigue a más, sombras con el calor de la materia… mordiéndose los labios, mal quitad…
Esa luna color de viejo saxofón me retendrá en París. Esa luna color de vieja mariposa, de alma vieja buscando sobre el vi… ojos para mirar el fin de siglo,
Yo te estaba esperando. Más allá del invierno, en el cincu… de la letra sin pulso y el verano de mi primera carta, por los pasillos lentos y el exame…
Se descalzan los días para pasar de largo sin que nos de… Son casi despedidas, casi encuentr… —felices pero incómodos— de cuerpos que se miran
Quien conozca los vientos, quien d… haga una voz donde guardar memoria… quien conozca la piel de su desnud… como conoce el rastro de su nombre… y no le tenga miedo, y le acompañe
Esta ciudad me mira con tus ojos, parpadea, porque ahora después de tanto tiem… veo otra vez el piano que sale de… y me llega de forma diferente,
Si alguna vez no hubieses existido… si el calor de tus muslos no me hu… buscado como un látigo preciso y mis ambigüedades electivas —los días más oscuros de mí mismo—
Señor compañero, Señor de la noch… haz que vuelva su rostro quien no quiso mirarme. Que sus ojos me busquen sostenidos y azules
En la mesa de al lado, un jardín de señoras en domingo abonadas al orden del murmullo y del té con limón, en un café de invierno por la tard…