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Fué una clara tarde, triste y soño… tarde de verano. La hiedra asomaba al muro del parque, negra y polvor… La fuente sonaba. Rechinó en la vieja cancela mi lla…
El acusado es pálido y lampiño. Arde en sus ojos una fosca lumbre, que repugna a su máscara de niño y ademán de piadosa mansedumbre. Conserva del obscuro seminario
La aurora asomaba lejana y siniestra. El lienzo de Oriente sangraba tragedias, pintarrajeadas
Yo voy soñando caminos de la tarde. ¡Las colinas doradas, los verdes pinos, las polvorientas encinas!... ¿Adónde el camino irá?
¿Será tu corazón un harpa al vient… que tañe el viento?... Sopla el od… tu corazón; sopla tu corazón y vib… ¡Lástima de tu corazón, poeta! ¿Serás acaso un histrión, un mimo
Este hombre del casino provinciano que vio a Carancha recibir un día, tiene mustia la tez, el pelo cano, ojos velados por melancolía; bajo el bigote gris, labios de has…
Es una hermosa noche de verano. Tienen las altas casas abiertos los balcones del viejo pueblo a la anchurosa pl… En el amplio rectángulo desierto,
Cuenta la historia que un día, buscando mejor España, Grandmontagne se partía de una tierra de montaña, de una tierra
Tus versos me han llegado a este r… regio presente en arcas de rica ta… que guardan, entre ramos de castel… En tu árbol viejo anida un canto a… del ruiseñor de antaño la dulce me…
Pegasos, lindos pegasos, caballitos de madera. ..................................… Yo conocí siendo niño, la alegría de dar vueltas
¡Ay del que llega sediento a ver el agua correr, y dice: la sed que siento no me la calma el beber! ¡Ay de quien bebe y, saciada
¡Tocados de otros días, mustios encajes y marchitas sedas; salterios arrumbados, rincones de las salas polvorientas… daguerrotipos turbios,
La Mancha y sus mujeres... Argama… Esquivias, Valdepeñas, La novia d… y del manchego heroico, el ama y l… (el patio, la alacena, la cueva y… la rueca y la costura, la cuna y l…
Sonaba el reloj la una, dentro de mi cuarto. Era triste la noche. La luna, reluciente calavera, ya del cénit declinando,
Y era el demonio de mi sueño, el á… más hermoso. Brillaban como aceros los ojos victoriosos, y las sangrientas llamas de su antorcha alumbraron