#Mexicanos #SigloXIX #Suicidio Poesía romanticismo romántica
¡Entrad!, en mi aposento Donde sólo se ven sombras, Está una mujer muriendo Entre insufribles congojas... Y a su cabecera tristes
De los tres cielos que recorre el… de la existencia en la medida impí… cuando la gloria me enseñó tu nomb… yo estaba en el primero todavía. La pena que del pecho
Pensando las quinientas unidades que el número quinientos componían… que si quinientas eran al uno y nada más se lo debían; en sociedad se unieron, y los miem…
Adiós a México Pues que del destino en pos Débil contra su cadena, Frente al deber que lo ordena Tengo que decirte adiós;
¡Sin lágrimas, sin quejas, Sin decirnos adiós, sin un sollozo… Cumplamos hasta lo último... la su… Nos trajo aquí con el objeto mismo… Los dos venimos a enterrar el alma
¿Quieres oír un sueño?... Pues anoche vi la brisa fugaz de la espesura que al rozar con el broche de un lirio que se alzaba en la pr…
Sonaron las campanas de Dolores, voz de alarma que el cielo estreme… y en medio de la noche surgió el d… de augusta libertad con los fulgor… Temblaron de pavor los opresores
Si supieras, niña ingrata, Lo que mi pecho te adora; Si supieras que me mata La pasión que por ti abrigo; Tal vez, niña encantadora,
Iba llorando la Ausencia con el semblante abatido cuando se encontró en presencia del Olvido, que al ver su faz marchitada,
Tres eran, mas la Inglaterra Volvió a lanzarse a las olas, Y las naves españolas Tomaron rumbo a su tierra; Sólo Francia gritó: «¡Guerra!»
Pues, señor, dije yo, ya que es pr… puesto que así lo han dicho en el… que rompa ya la bendecida prosa que preparado para el caso había, y que escriba en vez de ella algun…
Medio oculta entre la selva Como un nido entre las ramas, Y medio hundido en el fondo Tranquilo de una cañada, Allá por aquellos tiempos
Goza, goza, niña pura, Mientras en la infancia estás; Goza, goza esa ventura Que dura lo que una rosa. —¿Qué?, ¿tan poco es lo que dura?
Mañana que ya no puedan encontrarse nuestros ojos, y que vivamos ausentes, muy lejos uno del otro, que te hable de mí este libro
—«¿Por qué te miro así tan abatida… pobre flor? ¿En dónde están las galas de tu vi… y el color? »Dime, ¿por qué tan triste te cons…