Me siento sola estando acompañada y aunque no es del tipo de soledad que te mata, sí que te lleva por ese camino: te escurres dentro de brazos que ya te habían lastimado, vuelves a ambientes en donde te habían intoxicado, recurres a pensamientos que te habían costado apaciguar y duermes en camas que solías soñar con dejar. No estoy sola, es la verdad, pero me siento abandonada, me siento acabada, me siento apresurada, me siento herida y me siento defraudada, por mi misma. Me he hecho tanto, que he ocasionado un mar de emociones dentro, que no suelto, que no cuento y jamás comento, porque es mejor vivir en soledad, estando acompañada que definitivamente quedar sin ojos que te volteen a mirar. Me siento tan sola que en cualquier momento puedo proceder a llorar, por los pasados amores, los pasados abrazos, los pasados besos, los pasados espacios que llené y no me vaciaron. Me siento tan sola, que hablo conmigo misma más que con el resto. Me siento tan sola.

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