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Theatrum mundi

Estábamos con Orne en el comedor, con la luz apagada viendo televisión. Mi viejo se va, y le digo a ella mitad en serio y mitad en joda que quiero ver El marginal o El puntero. Lo pongo. La serie transcurre normal, ahora veo el episodio desde adentro, son dos presos que necesitan compartir un sucucho muy chico, uno es limpio y el otro es sucio. Siempre tienen problemas pero el clímax se da cuando el sucio invita a alguien y el limpio, que ahora soy yo, se queda revisando las cosas de su compañero y encuentra algo asqueroso. Ahí nomas salgo de la casucha y me dan arcadas, quiero vomitar. Es de noche. Me enojo y entro puteando, quiero que se vaya. Ahí aparece alguien de autoridad que me calma, como Borges en El marginal, creo que era él. Me dice que no hay problema, que el otro se va a ir. Sacamos lo que tenía mal olor casi vomitando del asco, lo miro mejor afuera y veo que es como una maceta grande de cemento y cubiertas de auto usadas. Tiene como un árbol que se secó y no creció mucho y tiene tierra húmeda. La otra persona que me ayudó a sacar eso me explica que es para construir una casa. Lo ponen en los cimientos para la buena suerte. El mal olor es pis de gallina. Me explica que llevan eso a todos lados por las dudas, porque a veces las gallinas no quieren hacer pis. No sabe muy bien, de todos modos. Después me dice que vaya a juntar ladrillos y ladrillones. Me doy cuenta que estoy en el fondo de mi casa en San Juan. Todavía están construyendo, así que hay ladrillos y basura por todos lados. Me cruzo a recoger cosas y llevo unos pocos ladrillos hasta la maceta. Ahí me doy cuenta, o me dicen, que tengo que quemar esa porquería. Entonces vuelvo a cruzar para buscar más ladrillos con los que hacer una base para que no se apoye sobre el pasto. Entre los ladrillos llevo palitos y ramas secas. El baldío de en frente y el parral están llenos de cosas ignífugas. Llevo todo y no veo en qué momento prenden fuego ese arbusto de la buena suerte. Me dicen que vaya a controlar que no se prenda fuego todo. El fuego se va esparciendo a todas las cosas. Parece descontrolado. El parral que está ahí al lado parece que se puede encender en cualquier momento. Hace mucho calor, y el aire es seco, por eso el fuego se extiende rapidísimo. Trato de apagar como puedo los otros arbustos que se encienden (por alguna razón extraña el baldío de en frente está lleno de pinos chiquitos como el de la parte de adelante de mi casa, que se encienden muy fácil). Puedo rescatar algunas cosas, pero el fuego se sigue extendiendo, aunque no consume nada. De repente es como que el fuego baja su intensidad, justo cuando parecía imposible pararlo. Empiezo a apagar todo lo que veo cubriéndolo con una tela gruesa. Ahora es de día, parece la tarde, tipo 19. Muchos vecinos salen de sus casas a ver qué había pasado. Mientras termino de apagar el incendio comentan sorprendidos y asustados porque no sabían qué había pasado. Nadie me ayuda. Veo publicaciones y comentarios como de redes sociales que se quejan del incendio, pero no saben de quién fue la culpa. Veo montones de quejas así en un segundo, como si estuviera pasando historias en Instagram.
Después estoy en otro lugar. Soy otro y tengo que pasar por una puerta como de un teatro sin autorización. No se cómo hacerlo. Antes de mí pasa una chica y se pone nerviosa, trata de convencer al guardia y al final la echan. Ahora me toca a mí y voy muy seguro de mí mismo, como si fuera otro. No sé qué digo, pero estoy muy convencido y parece como si lo hubiera hecho miles de veces. El guardia no me conoce y yo no le muestro ninguna credencial para pasar, pero finjo estar enojado porque alguien más me mandó a entrar por ahí está vez, y me abre. Adentro es como un teatro sin asientos. En el escenario hay gente teniendo como un refrigerio. Ahora soy una mujer que evita que otra mujer tire su comida al querer apoyar su plato en el escenario, gracias a esto me designan como la líder. Estamos sentadas y miramos al que era yo desde el escenario. Después soy el hombre de nuevo y digo que tengo que cumplir con lo que vine a hacer a ese teatro, las mujeres son parte de mi equipo. Nadie sospecha.

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