Cargando...

Renunciación

Sacó la red el pescador, henchida,
y en tanto que, feliz, del mar se aleja,
en voz más dulce que la miel de abeja
el Señor a seguirle le convida.
 
—Quien por buscarme, su heredad olvida,
será en mi hatillo preferida oveja—,
dice, y el pescador las redes deja
y vase tras Jesús con alma y vida.
 
Yo que ni redes ni heredades tengo,
que no sé de riquezas ni de honores,
que ignoro los orgullos de abolengo,
 
yo dejo, por seguirte, mis amores…
Eran mi bien, Señor… A ti ya vengo
más pobre que los fieles pescadores…
Preferido o celebrado por...
Otras obras de María Enriqueta Camarillo y Roa...



Top