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Querido Hugo: Día 30

(F. Galaz, 2024)

Hoy he pensado mucho en ti, como de costumbre. Tengo un mes sin poder dormir, siempre sueño contigo.

Hoy me llegó la preocupación de saber cómo estás y más aún, cómo está tu familia. He pensado mucho en la comida de tu madre y me pregunté a mi misma cómo seguiría su salud, y lo mucho que le extraño.

Hoy viaje en carro del trabajo a casa, no se porque, pero al mirar al lado trasero del mismo, pensé en nosotros.

Nos vi besándonos el uno al otro apasionadamente sin que nos importara nada. Vi mi cuerpo acostado y el tuyo sobre el, entregándonos al vernos por primera vez después de casi dos meses.

Recuerdo como terminamos riendo después de lo que pudo llegar a ser quedar varados en el medio de la nada, recuerdo llegar a tu cuarto y haber hecho el amor hasta las tres de la mañana, aún cuando al día siguiente era la boda de tu hermana.

Tú tan guapo, con tu traje y sin mucho esfuerzo.

Recuerdo el tiempo con tu familia y las risas, la calidez de sentirme perteneciente e incluida en una familia que aunque no podían comunicar verbalmente sus ideas, sabían cómo comunicar su amor.

Hoy quise poner de vuelta esa foto tuya y mía, esa que tomamos en la cabina foto rápida. Nunca una fotografía me ha transmitido de manera tan perfecta, el amor que siempre sentí por ti, yendo más allá de lo romántico. En esa foto puedes notar el compañerismo, la complicidad, ese amor inocente y cálido. Veo tu rostro, y veo a mi mejor amigo, la persona que más he amado en mi vida y la cual ha conocido mis zonas más vulnerables.

Querido Hugo,

Desearía detener el tiempo en ese día, a esas horas. Desearía saludar a Clara una vez más al pasar por su escuela, mojarnos con la lluvia tratando de llegar al Louvre, disfrutar nuestras pinturas favoritas y acordar en el hecho, de que se necesita más que un solo día para comprender el trasfondo de cada obra de arte y movimiento. Me gustaría terminar comiendo de nuevo un baguette en una banca cualquiera, con el sol y el aire fresco después de la lluvia y un postre como broche de oro.

Quiero terminar de nuevo sentada en una silla a tu lado, y pensar en cómo un día, podríamos llegar a ser viejos juntos y sentarnos así, pero en nuestro propio jardín.

Quisiera regresar el tiempo.

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