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Desvencijada

Recojo sin saberlo, los restos de una vida,
raíces que se escapan de la madre tierra,
colores se disipan en su regazo,
inerte entre mis manos queda.
 
Son ellas las que vuelan,
chismorrean las golondrinas el fin de la primavera,
el inverno ralla el momento en que despiertas,
encuentras tu camino, sin luz que te preceda,
anegas tu alma cuando sin vida entre tus dedos queda,
sientes el fin del principio, la oscuridad que precede,
el legado que se queda en el olvido prendido.
 
Sentires que cohabitaron despertares abismales,
ratas que roen la vida, son los que te buscan,
insumisa brilla tu alma, esa que no claudica.
 
Deja que se confíen, y después retorna,
llévales a la tormenta donde puedas exterminarlas,
ordena al viento que sople, agujero negro les espera,
tiembla de amor, no de miedo,
aquel que tu alma eternamente cobija.
 
@Derechos de autor María José Luque Fernández
Madrid.-España.- 22/07/2021
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