Despertar del falso sueño
es liberar el alma.
Alma que dormida estuvo.
Alma que clama.
Pide mi alma
el encuentro con Dios,
ver el paraíso reclama
envuelto de amor sublime.
Despertar es reencontrarse.
Armonía y belleza por doquier.
Es palabra excelsa.
Es presencia lúcida.
Despertando negamos lo irreal,
esquivando las fullerías
que de mentes grises emanan.
Despertar es abrir los ojos.
Mundo irreal de locuras disfrazadas
cuando dormidos estamos,
creyendo verlo todo, cuando poco se ve
por la venda que los ojos tapa.
Despertar es sacar por completo
el antifaz que huye a la verdad.
Despertar del alma.
Es genuina libertad.
Mardam