#Argentinos #Mujeres (1986) El Lagarto estaba harto
Madre, ¿puedo pintar la luna de es… ¿O con vestido rosa, orlado de vio… ¡Pues, noche a noche, sale insulsa… sin nada de color que la avive, co… ¿Por qué será la luna, siempre lun…
A bautizarse acuden las gentes al… Preguntaban algunos: —¿Y qué hare… —Quien tiene dos vestidos, respond… dé uno al que no tenga. Y pregunta… (esta vez publicanos): —Y nosotros…
Se lo ha llevado el viento, esa ma… el pequeño mensaje que quedara en… se fue sobrevolando, como ebrio o… la rumorosa calle, en la tarde des… Allá irá, todo alma de amor estrem…
Al pasar por la calle, cae una mar… Revolando insegura se pierde entre… tornadizo vilano o pétalo de rosa, burbuja de jabón, pajarita lucient… Tras ella acude el alma, como ella…
Muerte, fatal término, ausencia por siempr… Sólo el campo yermo que nos recibe… de su tierra, nuevo abono. Nunca más la fragancia de la brizn…
Mírate en el espejo que tu imagen… esperando un instante a que se mue… verás, a pesar tuyo, la figura imp… y las desarmonías patentes de la c… Sin contemplarte pues como estampa…
Juntas, bajo el cristal, amoroso c… la Virgen de la Linda Vidriera de… atavío en azul sobre encarnado nic… como ascuas centelleantes los vivo… Nefertiti, la reina, que muestra d…
«La única tristeza» —insinúa Clot… «es la de no ser santo», añadiendo… ¿Pues no basta, me digo, un corazó… ni el espíritu hecho a piadoso tra… ¿Tampoco es suficiente tolerar la…
No he sido nunca linda —tal vez qu… y la piel de mis hombros se acentú… (al decir esto, claro, una verdad… que tampoco mi espalda ha de ser d… No tuve grandes ojos, y ahora aún…
¡Cómo insiste Khayyam con los mue… La arcilla de las ánforas, la arci… diciendo que allí están, y que, al… al beber, nuestros labios, se encu… Que henchiremos la cámara que otro…
Dentro todo es silencio y sombra t… afuera entre las rejas de los ampl… que doran las primeras claridades… revuelan bulliciosos y a solas los… Son bandada, y oyéndolos, acaso, s…
He querido morir, Señor, pero he… y confieso ante Ti mi aleve cobard… ¿Qué dejo para aquellos semejantes… probados en dolor a punto de agoní… Y por querer morir, Señor, he rev…
Tan sólo cinco panes, tenemos, y d… —exclaman los discípulos mientras… son cinco mil las gentes, hasta má… —No importa, que se sienten allí,… y ya panes y peces multiplica su a…
Dos de la madrugada. En trémula z… los silencios, vivientes; la oscur… cuando la fuerza falta y la triste… en soledad infinita para estar más… De improviso resuena el son de un…
Madre: cuéntame un cuento de ésos… de un curioso enanito o de una aud… tantos que de los genios maravillo… Esas lindas historias que conoces.… Dime de caballeros que a princesas…