#SigloXX #SigloXXI #Uruguayos #1979 #Cotidianas
Hijo mío recuérdalo son éstos los pitucos tienen un aire verdad
Quién iba a prever que el amor, es… se dedicara a ellos tan formales mientras almorzaban por primera ve… ella muy lenta y él no tanto y hablaban con sospechosa objetivi…
Desde todos los sueños cardinales llega la culpa como un aleluya se nos cuelga del alma y la acepta… como un interrogante de la noche y ella se queda pálida extenuada
A sus treinta y cinco años, Ileana Márquez tenía marido (Dámaso) y amante (Marcos). Saberse querida, o al menos deseada por ambos, no le causaba la menor ansiedad, más bien le otorgaba ...
Cuando era como vos me enseñaron l… y también las maestras bondadosas… que libertad o muerte era una redu… a quien se le ocurriria en un país donde los presidentes andaban sin…
Cómo querría otra suerte para esta… que lleva todas las artes y los of… en cada uno de sus terrones y ofrece su matriz reveladora para las semillas que quizá nunca…
Por fin un crítico sagaz reveló (ya sabía yo que iban a descubrirl… que en mis cuentos soy parcial y tangencialmente me exhorta a que asuma la neutralidad
En el silencio universal por compacto que sea siempre se escucha el llanto de un niño en su burbuja.
La dicha es una clandestina buscada perseguida la comandancia da sus datos sus ojos verdes su estatura la distancia que media entre sus s…
Vuelvo / quiero creer que estoy vo… con mi peor y mi mejor historia conozco este camino de memoria pero igual me sorprendo hay tanto siempre que no llega nun…
Aquella noche Hyde y Jekyll decidieron tomar un trago silbó bajito el Dr. Jekyll y dijo hoy me siento ufano tengo tranquila la conciencia
Siento que mi pueblo escucha cuando canto lo que siento. Ganapán del escarmiento, no me pongas la capucha. No vas a conseguir nada:
Siempre había sido animal de ciudad y disfrutaba siéndolo. Era evidente que lo estimulaban las complejidades y las vibraciones de ese laberinto, el olor a gasolina aunque llegase a ser ...
Hay una tos reseca como de cigarrillo después un comentario murmurado un arrastre de silla
Lo reconstruyo todo signo a signo y así me reconozco todavía en estas calles que caminan lentas por el otoño tantas veces dicho lo bueno es la tristeza repentina