Hubiera entregado el Dios que no… hubiera aprendido tres o cuatro si… y así desalentado, así fiel, ceniciento, invariable como un recuerdo atroz,

Después de tanto tiempo y en un aire de nieve hallo por fin a Carlos a Lilian al flaco vivieron

Está la dignidad de los honores de la etiqueta y de la jerarquía de las señoras y de los señores de vuecencia ilustrísima y usía la dignidad de los que tienen plat…

Cuando mi padre se arruinó con la farmacia de Tacuarembó, la familia pasó, casi sin transición, de la vida confortable a la casi miseria. Fuimos a dar a una casucha con techo de zinc en...

Las calles están muertas padecidas la soledad se atreve al resplandor alguien sabe quién es pero lo ocul… no sólo las gargantas tienen rejas la primavera a veces huele a invie…

Qué vergüenza carezco de monstruos interiores no fumo en pipa frente al horizont… en todo caso creo que mis hueso son importantes para mí y mi sombr…

Estuvimos en epidauros veinticinco… y también escuchamos desde las más… el rasgueo del fósforo que allá ab… encendía la guía la misma gordita que entre templo y templete

Hijo mío recuérdalo son éstos los pitucos tienen un aire verdad

Ya he sacado mis cuentas y no le pago a nadie. Ni al sastre que me hizo estas sol… como alas de palomo

Lo dijeron y lo repitieron esclarecidos portavoces de Algo: «Se acabó la escritura. La literatura está condenada a morir. De ahora en adelante sólo existirá la Cultura del Ruido y de la...

Oiga, che—me dijo Medardo Robles, a eso de las dos de la madrugada, en el Café y Bar La Redoblona, mientras empinaba despacito su quinto o sexto espinillar—, ¿por qué no escribe un cuen...

Vamos a festejarlo vengan todos los inocentes los damnificados los que gritan de noche