#SigloXX #SigloXXI #Uruguayos #1988 #VientosDelExilio
No es que la perspectiva me haga feliz, pero hace una semana pensaba que iba a ser difícil y en cambio ahora estoy convencido de que es viable. ¿Por qué he elegido esta pequeña ciudad ...
La rosa de oro no se marchita ni tiene aroma el cielo ajeno que te envenena
En la sala repleta circuló un aire helado cuando don Luciano, con todo el peso de su prestigio y de su insobornable capacidad de juicio, al promediar su conferencia tomó aliento para de...
El dolor es una desértica provincia donde no cabe nadie más una parcela
El ojo de este pez que aún se agit… no evoca desconcierto sino confirm… de sus presagios sobre el pobre mu… el ojo del pez mira a través de los cuerpos
Cada cuerpo tiene su armonía y su desarmonía. En algunos casos la suma de armonías
Este es el buey que mira por su oj… el perpetuo horizonte con su tiara… la tarde apaciguada la pruden… los árboles del borde impasib… del ángelus previsto con su lament…
Como casi siempre, al descubrirse, el desnudo y la desnuda se asombran de sus desnudeces. Como casi siempre, éstas son mejores que las de la memoria. Por supuesto, son jóvenes. Él es el...
Cómo querría otra suerte para esta… que lleva todas las artes y los of… en cada uno de sus terrones y ofrece su matriz reveladora para las semillas que quizá nunca…
Por fin un crítico sagaz reveló (ya sabía yo que iban a descubrirl… que en mis cuentos soy parcial y tangencialmente me exhorta a que asuma la neutralidad
Cuando a uno lo expulsan a patadas del sueño el amanecer es siempre una modorra se emerge de ese ensayo de muerte todavía sellado por la víspera
Cuando éramos niños los viejos tenían como treinta un charco era un océano la muerte lisa y llana no existía
Tengo miedo de verte necesidad de verte esperanza de verte desazones de verte tengo ganas de hallarte
Tengo un trabajo conjurado y denso pero no importa lo interrumpo necesito una tregua con distancia una paz despojada de ansiedades un ocio sin escrúpulos de ocio
Es mía la inocencia ánfora de cristal tan desvalida que nada me sugieren sus añicos la juventud es mía y es además atávico susurro