Señor: en vano intento Contener el león que me devora: Hasta a escribir mi amargo pensami… La pluma recia se me niega ahora– Señor: mi frente fría

Cuando me vino el honor De la tierra generosa, No pensé en Balnca ni en Rosa Ni en lo grande del favor. Pensé en el pobre artillero

Hurgue un huésped muy inquieto Del lado del corazón.— ¡Muy celoso, muy celoso!— Dormir no sabe mi huésped: no.— Como una sierpe, se enrosca

Dígame mi labriego Cómo es que ha andado En esta noche lóbrega Este hondo campo? Dígame de qué flores

Hala, hala ¡Da vueltas a la noria, arrastra e… Rosa que alegra el aire al sol que… De aires te deja ¡estúpida conseja… Y ven en la olla negra a echar tu…

Vivir en sí, qué espanto! Salir de sí desea El hombre, que en su seno no halla… De reposar, de renovar su vida, En roerse a sí propia entretenida.…

En la vida desterrada No hay puerto, seno ni abrigo Como el hallar un amigo En la sed de la jornada. Pero el consuelo es mayor

Envilece, devora, enferma, embriag… La vida de ciudad: se come el ruid… Como un corcel la yerba, la poesía… Estréchanse en las casas la apreta… Gente, como un cadáver en su nicho…

La fatiga y las sábanas sacudo: Cuando no se es feliz, abruma el s… Y el sueño, tardo al infeliz, y el… A ver la luz que alumbra su desdic… Resístense los ojos,—y parece

Bien: yo respeto A mi modo brutal, un modo manso Para los infelices e implacable Con los que el hambre y el dolor d… Y el sublime trabajo; yo respeto