Por donde abunda la malva Y da el camino un rodeo, Iba un ángel de paseo Con una cabeza calva. Del castañar por la zona

Sé de brazos robustos, Blandos, fragantes; Y sé que cuando envuelven El cuello frágil, Mi cuerpo, como rosa

Estoy en el baile extraño De polaina y casaquín Que dan, del año hacia el fin, Los cazadores del año. Una duquesa violeta

El Sol alumbra: ya en los aires m… La copa amarga: ya mis labios tiem… No de temor, que prostituye, de ir… El Universo, en las mañanas alza Medio dormido aún de un dulce sueñ…

. . . . . . . . . . . . Cuando, oh… Cuando en tu seno reposar me es da… Ancha es y hermosa y fúlgida la vi… Que éste o aquél o yo vivamos tris… Culpa de éste o aquél será, o mi c…

Vuelvo a ti, pluma fiel. De la de… Más que de la ventura nace el vers… Marzo fatal sobre la tierra cruza, Marzo envidioso: corta la erizada Ala la nube que al encuentro boga

Yo quiero salir del mundo Por la puerta natural: En un carro de hojas verdes A morir me han de llevar. No me pongan en lo oscuro

Estos son mis versos. Son como son. A nadie los pedí prestados. Mientras no pude encerrar íntegras mis visiones en una forma adecuada a ellas, dejé volar mis visiones: ¡oh, cuánto áureo...