¡Cuentan las cosas con tantas palabras raras, y uno no las puede entender!: como cuando le dicen ahora a uno en la Exposición de París: «Tome una djirincka—¡djirincka!—y vea en un momen...

Ganado tengo el pan: hágase el ver… y en su comercio dulce se ejercite la mano, que cual prófugo perdido entre oscuras malezas, o quien lle… a rastra enorme peso, andaba ha po…

Cultivo una rosa blanca, En julio como en enero, Para el amigo sincero Que me da su mano franca. Y para el cruel que me arranca

Quiero, a la sombra de un ala, Contar este cuento en flor: La niña de Guatemala, La que se murió de amor. Eran de lirios los ramos,

Sé, mujer, para mí, como paloma Sin ala negra: Bajo tus alas mi existencia amparo… ¡No la ennegrezcas! Cuando tus pardos ojos, claros sen…

Yo visitaré anhelante Los rincones donde a solas Estuvimos yo y mi amante Retozando con las olas. Solos los dos estuvimos,

Yo sé de Egipto y Nigricia, Y de Persia y Xenophonte; Y prefiero la caricia Del aire fresco del monte. Yo sé de las historias viejas

Yo sacaré lo que en el pecho tengo De cólera y de horror. De cada vi… Huyo, azorado, como de un leprosos… Ando en el buque de la vida: sufro De náusea y mal de mar: un ansia o…