(1960)
#Argentinos #Mujeres
Dos misterios de almendra son tus… del color de las nubes sobre mi seno lleno. Y tus manos por la breña caliente, dos corderos pequeños
Sueño que llueve y que me estás qu… Cielo en congoja, mi corazón desha… y deshaces con él; lluvia tú mismo me transcurres lento; yo me dejo llevar por los canales
Me dieron un puñado de rosas a la hora del ánfora en la comba rupestre de… y debo hacer un hombre con él, y no se cómo.
Tienes algo de montaña... A tu lado me he sentido leve y me… Sin reparo te he mostrado mis llag… y a tu cumbre nevada a veces traje… y hecha pedazos mi alma.
Tú quieres que no sea, pero cómo...? Tú podrás acaso devolverme a mis noches azules y a mi anhelo,
Eres yo misma, yo soy tu nervio y… sintiéndote; te pronuncio con mi aliento, me nombras con tu sangre. «Mon amour», tus manos,
Salvaje como el viento, y arisca, y triste a veces como un rezo a la muerte, y otras veces dichosa, y transpare… y otras veces turbia
Y la lluvia sonríe, canta dentro del cristal que me habita y repercute sobre un suelo ya antiguo en otras lluvias, y otras tardes m…
Necesito entonces, adherirme a la tierra, prematuramente, descalza por el ca… sentándome en los troncos quebrado… ya casi horizontales al sitio
Qué has hecho con tu mano, dónde g… dónde escondes la bendición que hay en tu palma a… Qué has hecho con tus fuerzas que… en un puño cerrado, y con tus labi…
Todavía me arrulla y me serena la canción de mi madre. Era una anciana desde siempre y sabia, una muchacha hasta al tumba,
Cuando venga tu padre… Inútil amenaza, tú seguirás jugand… y romperás los vidrios, si quiere… y harás mal los deberes, si ascien… airoso y desplegado, tu sueño en b…
La aprieto contra el pecho, la muerdo, la trituro, me prendo a sus dos manos, hundo en ella mi grito, me aniño en su regazo,
Cuando sepas descubrir en aquel más tosco y feo… un motivo escondido de belleza. Cuando quieras permanecer paciente… a dar lumbre a la mente
Pude haberte soñado, un día acaso fui el alma y la carne de otro niñ… fui distinto una vez, tuve una almohada y un lugar en la mesa, y una esper…