Cargando...

Verano

Hay arena y hay mar, y un horizonte
que podría tocarse
con las manos.
Un instante canícula, vacío,
pescadores tan solo
que adivino
más allá de envoltura,
sal y espuma.
Sin embargo, me circundan
palabras y señales.
Voy en busca de mí; partí hace tiempo,
soy apenas,
la pisada brumosa en la memoria
de un distante hacedor
alto, trazando
nuevos seres, y nuevas borraduras.
El sol viene a quererme;
siento, dentro,
ronronear mi pureza primitiva.
Cae el párpado denso...
Las palmeras
reiniciaron su juego para estar durmiendo.
Preferido o celebrado por...
Otras obras de Matilde Alba Swann...



Top