Este noble deleite de sudar y esfo… para luego morir, sin querer recom… Ebrio de dinamismo, no me disperso… Mi vida es simple y lineal. He donado mis tierras; he quemado…

Tiene su pelo raros destellos cuando de noche sueña en los banco… es la que tiene los ojos bellos; es la que tiene los dientes blanco… Es juglaresa de las aldeas;

En la sala lijosa del burdel repug… hay un enorme gato que duerme en l… unos muebles muy sucios, un reló s… y un cromo de la Virgen con una cr… Al amor del brasero, un conjunto g…

La cúpula del Escorial, bajo el b… del agresivo sol que irrita, ciega… es el caparazón de hipocondría y s… de la inmensa tortuga del catolici… Tartamudea el esquilón en la espad…

¡Bajo el cangrejo de estrellas se… Hacen fecundas promesas a las camp… en los sidéreos trigales lucen esp… y en el agro hay una roja constela… El guadañil que hace siega en mate…

El mediodía en la barriada pobre prendía lentejuelas al andrajo y, a toda luz, era color de cobre el Madrid de la greña y del zancaj… De cúpulas de iglesia realzada

Besa la niebla de las madrugadas de mis balcones el cristal; solfea el reló cinco campanadas como un arpegio digital. ¡Silencio matinal! Nada me turbe

A Schopenhauer, el huraño, le hizo un epitafio barroco en un cuento mordaz y extraño Maupassant, aprendiz de loco. Había muerto el profesor

Un frío domingo antipático vi un lijoso y doliente enjambre: en un paseo aristocrático una manifestación de hambre. Fue en la Castellana elegante,

¡Los huérfanos gimen! Es que ha m… cantor de amor y de marcial trofeo… Como murió el Adonis de perfil he… ha muerto Adonis el del rostro feo… ¡Maldita hermosura de la carne que…

¡Dentro de unas noches te quedarás… Como las umbelas de los heliotropo… se ajarán tus senos de hermosura y… y no tendré rimas, ni ritmos, ni t… para retratarte dormida en los cop…

Era la Primavera cadenciosa. La noche prodigaba sus zafiros; arrullaba la fuente rumorosa y el viento se llevaba entre suspi… una lluvia de pétalos de rosa.

Es soberano de la alegría, de amores viejos, de galanía; tiene de diablos un zaguanete y cuando pasa cual leve brisa todos le obsequian con franca risa

¡Can sumiso y acólito, como el can… lazarillo cuadrúpedo, junto al Dia… conduciendo leal y fuerte al Hombre en su sendero...! ¡Can sumiso y acólito, como el can…

Por la siena turbia de los mondos… sin gritos metálicos, sin voz de t… van las cabalgatas de los soberano… Estados Mayores. Los grises capotes, los cascos bru…