Princesa de los ojos floridos y ro… que vierten una suave luz purifica… por quien deshojo todos los lirios… y hay en mis negras noches esplend… sé que tus manos leves no estrecha…

Fue en un poniente mágico de púrpu… con música de brisas en los pinos… rítmicas desfilaban las horas, al… tal una ronda griega cincelada en… un terciopelo verde parecía la pam…

Ah, no abras la ventana todavía, es tan vulgar el sol!... La luz in… conviene tanto a mi melancolía... me fastidia el rumor con que despi… la gran ciudad... Es tan vulgar el…

Guárdate tus sonrisas: mi corazón… como fruto en sazón, a la tierra s… la senda ha sido larga, amiga; est… y quisiera gozar de mi hora vesper… Odio aquellos amores de folletín:…

Daba el heno cortado su olor y su… y el sonámbulo río su monótona mús… Iba en el cielo azul, como una rei… la luna sonrosada, soñolienta y de… La sombra de las ramas, en las agu…

Está en el bosque, sonrosada, la luna de la madrugada. El negro bosque rememora lo que miró desde la aurora: Se recuerda, temblando, una hoja

La seda de tus lánguidas pestañas a proteger tus ojos descendía, ante la encantadora bicromía, de las aristocráticas arañas. Un solemne mutismo de campañas

Con el frú—frú sedoso de femenil e… deshilaba en la costa sus encajes… Oh, la isla melodiosa! surgía de las ondas como una enorm… primaveral, o el cuerpo de la niña…

Cálido estío de tus grandes ojos. Negras flores, en selvas encantada… que abre la reina de los claros oj… el alba de las manos sonrosadas. Lámpara astral de tus miradas pura…

Llamé a tu corazón... y no me ha r… pedí a drogas fatales sus mentiras… en vano! contra ti nada puede el o… he de seguir de esclavo a tus plan… Invoqué en mi vigilia; la imagen d…

Hastíos otoñales. ..Ya nada me en… de cuanto me causara infantiles as… y así voy por la vida, cual pálido… que atraviesa las calles de una ci… Y mi alma, que creía la Primavera…

1. Aquella dulce tarde pasaste ant… soberbia, en el decoro de tu vesti… inefable, irreal, melodiosa, impre… como si abandonara su plinto algun… Y perfumando la hora de lilas, te…

II El paisaje es de fábula. ..de ensu… suscita la ilusión de mágicos país… El jardín encantado, cuando suena… entre el perfume de almas ve mil e…

El duro son de hierro tornaré melo… para cantar tus ojos! –violetas lu… la noche de tu negra cabellera y e… de tú sonrisa, pura más que las pu… Tú vienes con el alba y con la pri…

Dime —¿qué filtro da tu boca en su divino beso cruento, que hace vibrar mi carne loca como a la débil hoja el viento? ¿Con qué fórmula cabalística