¡Que despierten los contestatarios!
Mi alma es libre
del hiriente yugo,
de su llanto
y su quejido.
Del traidor
no fui mártir
si no karma.
Compañera
de los que luchan.
Más que a voces,
a rugidos.
Yo denuncio
los abusos.
¡Hasta los ángeles
braman
por tanta injusticia!
Mercedes Collado.