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Quien sabe!

Siempre escuché, con anhelo,
y yo siempre lo creí,
que los que se aman aquí
se aman también en el cielo.
 
Más yo, que perdí mi fe
luchando con lo inconstante,
al ver una estrella errante
de extraño modo pensé.
 
Quizás, en el cielo mismo,
la inconstancia no se borre,
y es cada estrella que corre
un amor que va al abismo.
Otras obras de Mercedes de Velilla...



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