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AUTOBIOGRAFÍA LITERARIA DE MIGUEL ÁNGEL PEÑAFIEL

Autobiografía literaria de Miguel Ángel Peñafiel

Pese a que mis años van aumentando con el paso del tiempo, tengo entendido que a todo mundo le llega la vejez y la muerte. Puedo pensar que no soy el único que ha caminado y se ha retirado del campo de las letras para dormir en sus laureles. Pero antes de partir ansío dejar señalado el terreno literario donde he pisado con algún importante legado y nada mejor para ello en que narrar mi historia de los primeros momentos en que me decidí a convertirme en el mejor poeta. Quizás aún mi imagen y mi nombre no se vean ante los ojos del público, y por tal motivo no me he dejado llevar por la fama y el caos de tener fans o seguidores de ese tipo de interés universalmente provocado, sin satisfacer la extrema curiosidad que inspiró siempre en los demás. Del cual es mi deber como grandeza dejar mis escritos necesarios para guiar a los demás quienes ascenderán a su vez en este propósito literario. Me propongo a detallar este artículo con el nombre del titular que hago llamar “El Barco de los tesoros” o “El Árbol del Conocimiento” esos importantes conocimiento y pensamientos vacilantes serán los primeros en llegar a la larga a lo profundo del corazón humano.

Sería hablar demasiado a cerca de mi profesión, y especialmente de los pertenecientes al cuerpo poético, cuerpo que provoca en todas partes profunda veneración y respeto. Yo por mi parte me gustaría que me contemplará como a los dioses del cual bebe del aguamiel la sabiduría que continuamente fluía de sus augustas bocas durante el desarrollo del primer momento que se da a conocer la verdadera inspiración que data de aquella época memorable y de los importantes poetas mencionados. Si recitara en voz alta ante un grupo formado de aprendices, un inimitable poema en honor del único y genuino Medardo Ángel Silva, brotaria sobre mi generosa boca.

Otro “alma en los labios” sería el presente en mis estrofas, que fue el primero que me infundió aliento para llegar hacer un gran hombre. Comenzando desde el inicio a ser un gran poeta cuando comencé a leerlo, sin imaginar que estaría leyendo mis palabras; es como si me viera frente a un espejo.

Mi instinto me decía que la poesía no era mi camino, que simplemente me destruiría. Y me haría parecer débil ante los demás. Pero me dije: “mi corazón y mis sentimientos” están por encima de los demás, que tengo el firme propósito de escribir estrofas y quiero llegar a ser grande entre los poetas.

Además así como mi corazón es enorme, contiene sin duda un considerable sentimiento que hace tiempo lo vengo notando. Porque mi profesión ha seguido su caballerosidad, mi conocimiento tendrá pluma, tinta y papel un diccionario de la rima que pretenda enseñar. Seria un ingrato si no dejará mis palabras como enseñanzas, que tanta es mi generosidad ilimitada que ahnelo convertirla en un padre genio.

Terminó así mi confesion como el mejor de los hombres, y con todo celo a mis labores poéticas, ya que he depositado en ellas todas mis esperanzas para elevarme a lo grande y que algún día a nivel mundial y periodísticas puedan ser reconocidas. Por lo cual he trabajado por largo tiempo con mi mente, con esas ideas exquisitamente originales, que alguna y otra vez invaden el cerebro de este niño genio. He aquí la manera y la forma en que pueda verla situada en una vetusta librería de mi querida ciudad, para así haber dado por concluido con mi tarea y pueda mi alma descansar en paz. Así del mismo modo mis poemas hablan de ángeles que llegaron a la tierra y cosecharon buenos frutos y ofrecieron a sus subordinados a beber del aguamiel esto le otorgaba el don de las palabras y de cómo se debía expresar, y le otorgaba el infinito conocimiento supremo, como también tuvieron el conocimiento de todo lo malo y entre otras cosas amargas de la vida, pues no todo puede llegar a ser un arcoíris en la vida. Me pregunto qué tiene un ciego que escribir acerca de la luz, de todos modos mis poemas serán bastante buenos a su manera.

Mi mente está llena de completa imaginación, según lo pienso así humildemente; no sólo es el alma de la poesía sino también su corazón. Preciso es reconocer la impresión de la palabra POESÍA con mayúscula, para así poder ver a que nos enfocamos.

No hay duda de que esta composición será muy extensa, pero aún me falta mucho por aprender, que la extensión de una obra literaria tiene algo que ver con su mérito y con su esfuerzo sostenido. Por eso todo bien es considerado, quedé satisfecho con mi virginal intento. Y espero los resultados con ansiedad, pero no con absoluta resignación.

Reserva derecho de autor.

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