CAMINANTE EN LA NIEBLA
Poesía
Bajo el halo incierto de faroles sin eco,
tu capa se funde con el aliento del viento;
los adoquines guardan el pulso quedo
de un corazón errante buscando un aliento.
La niebla se alza como un manto profundo,
te envuelve y te llama con voces sin nombre;
cada paso resuena en un mundo moribundo,
cada sombra te sigue, silente, y te nombra.
No hay huellas que queden tras tu paso callado,
solo el eco de un sueño que huye del pasado;
mientras la ciudad duerme, tu alma ha despertado
y en la bruma renace un misterio sellado.
Camina, errabundo, hacia el fin de la llanura,
donde el alba tal vez rompa el velo de agua;
pero hoy eres el guardián de la noche más pura,
un susurro de sombras que el silencio fragua.
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