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MUERTE EN LA CIUDAD DE RAQQA

Muerte en la ciudad de Raqqa

SE PODRÍA DECIR que hasta los más gentiles de los aviadores franceses, acaban de profanar el infinito suelo, y penetrar, con mayor salto mortal, que han bombardeado la ciudad de Raqqa, el bastión de Estado Islámico en Siria (IS). En la región de los que mueren por causa de la violencia. Su historia es como un libro en que, cada página, recuerda una hazaña, en dejar sólo destrozos y caos, entre las muertes de personas inocentes, que prácticamente no tienen nada que ver con las respuestas de los atentados que sacudió a París. Entre ellos aviones de combates, que han lanzado sus bombas y han planeado sobre la cúpula de los Inválidos, en retorno a su atrevimiento de la mancha negra en respuesta a una venganza. Se basan confiándose en un aparato que parece un pájaro metálico, pero frágil en las alturas más que una mariposa, han violado las regiones, en respuesta de una mente ignorante hacía otra, sin llegar a un cuerdo entre un País que podría llegar hacer un país de alianza, a un País vecino. Ambos países deberían tomar conciencia, de cada una de sus acciones y poner un fin a estas guerras. Sólo que, en esta vez la muerte ha sido cruel, más cruel; crónica diría yo. Entre las atmósferas, unas fragancias de odio devorando la paz en los aires, arrebatando el dominio de la humanidad. Siendo unas personas de cobardía quién tome la vida de sus hermanos espirituales en sus manos, y quién en vez de llevar el símbolo de la paz, llevé la bandera negra que inmortaliza el pecado. ¡Sea la voz que grita desde los rincones de la tierra; los que mueren, no son franceses, ni palestinos, los que mueren son personas y niños, no deberíamos estar a favor de ningún país, sino en contra de la guerra!...

(2015)

Reserva derecho de autor.

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